Desde ya mas de veinte años me he acercado a la pintura por su inmediatez y fisicidad. Sin embargo, a mi casi nunca los cuadros se me manifiestan en visiones o sueños. Tampoco camino todo el rato dibujando mi libreta de esbozos en el tren o en el metro. Más bien, yo pinto en sesiones y siempre con cierto agonismo. Cada sesión es como un entrenamiento y es de esta forma como nacen mis obras y mis collages.
Como artista plastico me interesa el proceso creativo de la obra. Por cuanto mi estética se aleje mucho del expresionismo abstracto, de este movimiento recupero la idea de trabajar intencionalmente con el azar dejando la obra abierta a factores que van más allá del control del artista. De aquí, la necesidad de llevar la pintura y su proceso creativo más allá del estudio, la galería y los museos.